Ustedes están en pleno centro, mientras van paseando, de repente se sienten atraídos por una serie de ruinas, fascinantes por su antigüedad, llenas de historia y cultura, que convierten maravillosa la zona en la cual se encuentran: están cerca de los Foros Imperiales. Ya sea de día o de noche, cuando la vía de los Foros Imperiales está totalmente iluminada, es difícil resistir la tentación de dar un paseo cerca de ellos, en una zona urbana accesible mediante la línea A del metro, parada “Coliseo”.
Se trata del testimonio arqueológico más importante de Roma, capaz de devolvernos una imagen interesante de lo que debía ser la vida cultural de la zona urbana en el momento de su fundación. El complejo consta de una serie de áreas, construidas por diversos emperadores a lo largo del tiempo, y a cada uno de ellos está dedicado un foro o plaza. Cada emperador ha realizado aportaciones al área urbana, que hoy en día se presenta bastante estratificada y riquísima en restos arqueológicos.
La palabra “Foro” generalmente se refiere a una zona urbana central, que corresponde a lo que hoy en día llamamos “plaza”, donde estaban los principales edificios y se desarrollaban las actividades más importantes de la vida colectiva, como las actividades políticas y culturales.
Inicialmente, en el siglo II, y más precisamente en el año 107 d.C., y sobre todo gracias al impulso del emperador Trajano, tuvo inicio una época constructiva única para los foros. Esta zona de foros fue diseñada por Apolodoro de Damasco. Particularmente interesante es la zona de los mercados, con restos de tabernas aun reconocibles, que se sitúan principalmente en la llamada calle Biberática. En el foro había una biblioteca griega y otra romana, el templo de Trajano y la Basílica Ulpia, de los cuales hay rastros del pavimento en mármol coloreado. Se recuerda que, un tiempo, la basílica era un edificio civil y no religioso, y el principal material constructivo utilizado era el ladrillo.
En cambio, el Foro de Augusto fue inaugurado en el 2 a.C. y su edificio más importante era probablemente el Templo de “Mars Ultor”, en el cual tenían lugar las principales asambleas políticas, sobre todo las relacionadas a las cuestiones de guerra como lo sugiere el adjetivo “ultor”, que significa vengador, belicoso. El Aula del Coloso es, por el contrario, un área con obras de arte, en la cual han sido recuperados restos de estatuas que debían ser de grandes dimensiones; se trata de una zona que albergaba las estatuas de los principales personajes de la vida política y militar de la República Romana y sus antepasados.
Un foro más pequeño en su extensión, pero igual de impresionante es el Foro de Nerva, en un primer momento relacionado con el nombre de Domiciano. También conocido como “Foro Transitorio”, fue el penúltimo en ser construido, antes del de Trajano. Aquí se encontraba el Templo de Minerva, una divinidad particularmente venerada por Domiciano. Debido a la presencia de complejos más antiguos, construidos por voluntad de los emperadores antecedentes, la zona edificable que Nerva tenía disponible era mucho más pequeña. De todas formas, son muy famosas las columnas apodadas “columnachas”, decoradas con trabeación (complejo de trabes horizontales en la parte superior de las columnas) y un ático.
El foro más antiguo de esta área compleja y estratificada es, en cambio, el Foro de César. Su construcción se remonta al año 54 a. C. y corresponde a un momento histórico, en el cual el Foro Romano más antiguo no era capaz de cumplir con todas sus funciones. Por lo tanto el Foro de César nace integrando la zona anterior. Se recuerda que en el interior del foro se desarrollaban las principales actividades de la vida pública.
Hacia la dirección sureste de este foro, está el llamado Foro de la Paz, relacionado con el emperador Vespasiano, y construido en el 71 a.C. Su función principal habría sido la de conservar el botín de guerra vinculado a la primera guerra judeo – romana. Aquí había un templo con un ábside, en el cual posiblemente se encontraba la estatua del emperador, y una biblioteca.