Viajando se aprende. Y ¿que mejor ocasión para explorar nuevos horizontes, si no estudiando una lengua extranjera? Conocer el italiano viviendo por un tiempo en Italia es, sin duda, una forma de aprendizaje dinámica, eficaz y estimulante.
Elegir una escuela en la capital, en el corazón de Roma, significa hacer una elección cuidadosa y óptima para vivir una experiencia nueva e inolvidable. Viajar por la ciudad, viviendo el momento, descubriendo sus callejuelas, las vistas (scorci) conocidas y menos conocidas, charlando con las personas del lugar, descubriendo usos, costumbres, expresiones típicas, entrando en contacto con la parte más auténtica de la vida del lugar, es una de las mejores formas para aprender una lengua.
Si deseamos estudiar italiano, ¿qué idea es más interesante que la de venir precisamente a Italia y aprender a hablarlo? Si nos encanta viajar, podríamos estudiar la lengua en una escuela en Roma, quedarnos un tiempo en la capital, e igual después darnos una verdadera vuelta por los miles de lugares encantadores que el territorio ofrece.
Italia es un país de mil caras, y sus paisajes varían de una parte a otra. Montaña, mar, colina, se unen en un único y extraordinario paisaje. ¿Por qué no aprovechar y viajar por el país, aprendiendo la lengua de manera eficaz, y después practicarla en seguida?
A menudo se piensa que estudiar un idioma consista necesariamente en horas y horas de didáctica tradicional. Esto es cierto, pero hasta un cierto punto. La parte teórica es absolutamente indispensable, y representa una sólida base que después permite utilizar la lengua de manera correcta en diferentes situaciones. Pero, hay mucho más que comprender, conocer, descubrir más allá de las páginas de un libro de texto.
Una pregunta muy interesante con la cual empezar sería: ¿para qué queremos aprender italiano? Los motivos podrían ser muchísimos. ¿Nos encanta el territorio y sentimos curiosidad? Entonces, será importante incluir en nuestro curso de estudio unas excursiones, aspectos más culturales y paisajísticos, que permitirán al estudiante vivir plenamente todos los momentos de su viaje de estudio.
Y si llegamos a Italia para mejorar la lengua, porque hacemos uso profesional de ella, será aún más importante hacer cursos de estudio y la adquisición y profundización de terminologías y léxico apropiado para el campo.
¿A quién no le gusta viajar? Uno de los tópicos de esta actividad es que sólo se viaja para ir de vacaciones. Pero, ¿qué hay mejor que viajar, aprendiendo de manera funcional el idioma del lugar? Atrás quedan los días en los cuales se concebía el viaje como ir a sitios de vacaciones, “plantando la tienda” en el mismo sitio por varios días.
Hoy en día, se une el placer con lo útil, aprovechando las ocasiones de aprendizaje activo, que tal elección conlleva. Viajar aprendiendo un idioma es siempre una elección positiva, igual la mejor decisión que podemos tomar para aprender una lengua, pero también para que los conocimientos adquiridos permanezcan grabados en nuestra mente, y también en el corazón, transformándose en una habilidad más, ¡qué hará la diferencia cuando volvamos a la “Patria”!
¡Buen viaje!